Llegué a Londres desde Jamaica a la edad de 5 años, y tuve una educación bastante típica de la década de los 60 en Gran Bretaña. Típica en el sentido que la vida giraba en torno a familiares y amigos y cuando terminaba la escuela, siempre había tiempo para jugar. Cuando cumplí 10 años nos mudamos al norte de Gales, el lugar de nacimiento de mi padre, y la vida se convirtió en una rutina que era definitivamente típica de esos tiempos: ¡familia, iglesia los domingos y asamblea escolar todos los días!

A los 13 años entré en un internado y disfruté del tiempo que pasé allí hasta que me fui después de bachiller. ¡Tuve la gran suerte de que la escuela alentara las artes; toqué el clarinete en la orquesta de la escuela y canté en el coro también! Si había obras de teatro, me esforzaba por conseguir un papel a pesar de que era muy tímida a la hora de presentarme ante el público. Sin embargo, ¡sí que me encantaba leer en la asamblea escolar siempre que podía!

¡A principios de la década de los 80 sentí que mis opciones estaban limitadas, aunque por qué creería eso es un misterio teniendo en cuenta quiénes eran mis padres! Elegí ir a la universidad secretarial imaginando que algún día podría llegar a ser CEO de una multinacional. En retrospectiva, ¡qué agradecida estoy por descubrir mis años feministas; aunque estuve enojada durante gran parte de ellos, nunca llegué a ser militante!

A los 25 años me convencieron para que volviera a la universidad, y me inscribí en un curso de teatro que debería haber sido solo de 2 años. Al mismo tiempo, era la cantante de una banda de ska; ¡fue providencial que la mitad de la banda se fuera de vacaciones a Barcelona una Pascua y yo me enamorase del lugar! El año siguiente en la universidad fué testigo de cómo cambiaba de curso para poder incluir el español, ya que tocar en toda Cataluña y otras partes de España me desveló un talento natural que necesitaba ser explotado. Aunque que la banda llegó a su fin para mi (¡que no para ellos, todavía siguen dándole fuerte, más de 30 años después!), después disfruté de viajar a Israel y Brasil, y ¡quiso el destino que el continente me hiciera señas!

1992 me encontró trabajando en un yate en Italia y cuando la temporada llegó a su fin, ¡sabía una cosa con seguridad! ¡De ninguna manera iba a volver a trabajar en un yate! Había tenido el mejor verano de mi vida, pero la luchadora que había en mí no era la mejor empleada para soportar los caprichos de los ricos, de modo que encontré mi camino a Mallorca, gracias a uno de mis hermanos que estaba aquí.

¡Avance rápido hasta 2019 y todavía estoy aquí, más arrugas en mi cara y definitivamente más kilos alrededor de mi cintura! Feliz de llamar hogar a Mallorca y totalmente agradecida a la ciudad de Binissalem que me aceptó en 1999 cuando decidimos mudarnos desde la capital con el que era entonces nuestro único hijo. Ahora hay dos hijos y un ex compañero que todavía es un padre maravilloso y con quién, tras 12 años de separación, me llevo mejor que nunca. Para colmo de dicha, mi madre y mi hermana mayor se mudaron aquí hace más de 2 años, y la familia todavía está unida al tiempo que los niños se van haciendo adultos responsables.

¡Mis compañeros felinos son la señorita Mypenny Mixau, que entró un día durante el verano de 2013 y domina el rellano exigiendo que la rasque y juegue con ella cada vez que bajo las escaleras! Sentado sobre su trono Router WiFi está Bones, cuyo nombre oficial es Félix Héctor, a quien encontré mientras caminaba un día en el verano de 2017, con solo un par de semanas y en las últimas. ¡Es el más engolado de los compañeros pero tiene buenas intenciones, aunque se pase todo el día roncando y estornudando!

Si alguien me preguntara sobre mi historia laboral, ¡he hecho mucho! ¡He ordeñado vacas y he trabajado en los campos de algodón de un kibutz! He enseñado inglés, a duras penas, en Brasil. ¡He trabajado en oficinas para todo tipo de empresas en Londres y Mallorca y he mangoneado a la gente siempre que he tenido la oportunidad! Pero el mejor trabajo que he tenido, ha sido el de celebrante, ¡y exactamente cómo sucedió es la historia más fascinante que puedo contar!

En 2011, sentada en la playa un día de verano con mi buena amiga Jo, una maestra, recibí una llamada de la madre de un niño de 4 años que deseaba una ceremonia para nombrar a otra amiga como su madrina, ya que su madrina original había muerto de un cáncer. Joanna Walton, la florista, con quien yo coincidía regularmente en el circuito de redes cuando tenía un empleo respetable para una empresa local de almacenamiento, le había comentado que yo sería perfecta para la ceremonia. ¡Cómo llegó Joanna a la conclusión de que yo era celebrante sigue siendo un misterio, pero es una historia perfecta ya que ese día cambió mi vida! ¡Dije que sí como es mi costumbre y un par de semanas después realicé mi primera ceremonia para esta familia! Gracias a que esta madre era amiga no solo de Joanna sino también del organizador de bodas, Tor Cooper Evans, Tor me pidió que hiciera mi primera boda al año siguiente. ¡Estoy eternamente agradecida por la oportunidad que me brindó y también por su confianza en mí cuando hice su propia boda en 2014!

Mirando hacia atrás, ¡no debería sorprenderme ya que todas las señales estaban allí! Mi amor por las iglesias pero no por las religiones patriarcales; mi amor por leer en voz alta y usar mi voz como consuelo; mi amor por las preguntas místicas y reflexivas sobre quién soy y hacia dónde voy desde aquí y mi curiosidad infinita por la naturaleza humana: ¿por qué hacemos lo que hacemos y cuándo aprenderemos? Una querida colega, la fotógrafa Vicki McLeod, me recordó recientemente que mi primera boda fue en realidad la suya, en 2005, en el suroeste de la isla, ¡cuando me pidió que tradujera lo que diría el registrador! ¡Me reí mucho ese día ya que sus invitados pensaron que yo era la registradora! ¿Quién iba a pensar que comenzó mucho antes de ese día de verano en la playa en 2011?

Since I went full time in 2013 to concentrate on celebrant’s work, I have studied some more! I did a funeral celebrancy training with the UK Fellowship of Professional Celebrants in 2015 and then I did a year’s course on spiritual end of life care with Asociación Vinyana in Barcelona in 2017. Since December 2015 I have been facilitating the Mallorca Death Café on a regular basis, fascinated how every encounter is different and how grief is so overlooked in our society!

Desde que me centré en el trabajo de celebrante a tiempo completo en 2013, ¡me he formado un bastante más! Realicé un entrenamiento de celebración fúnebre con la Fellowship of Professional Celebrants del Reino Unido en 2015, y luego hice un curso de un año sobre cuidado espiritual al final de la vida con la Asociación Vinyana en Barcelona en 2017. Desde diciembre de 2015, he estado facilitando el Mallorca Death Café con regularidad, fascinada al observar que cada encuentro es diferente, y hasta qué punto se pasa por alto el dolor en nuestra sociedad!

En el futuro deseo profundizar más en lo sagrado y ofrecer mis servicios al final de la vida para apoyar a aquellos que sienten que no tienen fe religiosa, para que sepan que hay algo para ellos. Quiero ser llamada, al igual que los vicarios y pastores de antaño, al lado de los moribundos para administrar algunas palabras de consuelo, ya que realmente creo que estamos aquí para recibir apoyo en estos momentos profundos. Me enorgullece denominarme celebrante y ser parte de un movimiento que está cambiando la forma en que llevamos a cabo la ceremonia. Estoy forjando un nuevo camino y, a veces, desde un punto de vista profesional, me siento sola viviendo en el paraíso, ya que no conozco a nadie que haga este trabajo aquí. ¡Tengo la seguridad de que todo me será revelado a su debido tiempo, siempre y cuando ponga un pie delante del otro, día a día!

Si tuviera que resumir mi vida en pocas palabras, diría bendecida, luz, sabiduría, felicidad y magia y, por supuesto, ¡privilegiada al compartir tan gran cantidad de momentos importantes con tantos!