¿Cómo empieza uno a escoger un nombre para una vida que todavía no ha nacido? Este ha de ser uno de los momentos más emocionantes del embarazo, ¡cuando los nombres se lanzan al aire como el confetti de tu boda!
Recuerdo que durante mi primer embarazo estaba convencida que iba a tener una niña, y encima me había negado a que nadie me dijera qué iba a tener. Cómo sabía que iba a ser niña me inventé nombres, aunque nunca había conocido a ninguna niña con un nombre cómo aquellos. Serenidad o Bendición me parecían los nombres perfectos para mi nenita, ¡que sería una versión mejorada de mí! Como plan B, para nombre de niño elegí Theophilus, ¡Theo para los amigos!
Claro está, estos nombres estuvieron presentes durante muchos meses de embarazo, ¡y todo el mundo pensaba que estaba loca! Imagino que se debía a las hormonas porque yo pensaba que eran opciones muy aceptables. A pesar de todo, un par de días antes del nacimiento de mi primogénito, me decidí por Noah Ángel, ya que Ángel es nombre de chico en español. La familia y los amigos soltaron un suspiro de alivio tan pronto como fueron informados.
El bebé nació una noche un par de días después de que alguien me dijera que había predecido la fecha y el sexo, dando en el clavo. Llegó al mundo, en casa, de manera perfecta. Junto a la madre parturienta y al padre estaban el matrón, su asistente ¡y una muy buena y loca amiga australiana, Anna! Noah nació de parto natural, ¡y jamás he oído un silencio tan profundo! Entonces… anunció su llegada a través del sonido y ¡yo descubrí que había tenido un niño!
En cuanto a mi segundo hijo, ¡ni hubo nombre ni supimos lo que esperábamos en todo el embarazo! Ni siquiera me preocupé del tema de los nombres ya que sabía que tendría más que suficiente tiempo de encontrar uno. Sin embargo, decidió presentarse dos semanas antes de tiempo, con lo que salí corriendo hacia la casa del matrón, y en cuanto llegué, el bebé llegó también. Todo un récord de 20 minutos, y demasiado rápido para ser divertido. Era diminuto y su llegada nos pilló a todos por sorpresa. Como era tarde se nos aconsejó que nos quedáramos esa noche en vez de volver a casa. La fecha del nacimiento fue el día después de la caída de las torres gemelas, y Mikel, el matrón, había asistido en el parto de tres bebés más en las 24 horas anteriores, dado que el mundo estaba en un estado tumultuoso. Por cierto, nadie te dice lo que sucede en un segundo o tercer parto, pero yo me pasé la mayor parte de la noche despierta y por lo tanto tuve tiempo de sacarme de la manga un par de nombres antes del amanecer.
Justo antes de la salida del sol el nombre surgió y Pau, que significa paz, fué la opción lógica teniendo en cuenta lo que había sucedido en América en las 48 horas precedentes. Cuando, más adelante por la mañana, les dije el nombre a los demás por primera vez, fué recibido con asentimientos de cabeza, felicidad y sonrisas, ya que esta diminuta criatura de tan solo 2,1 kgs había nacido, figurativamente, portando regalos bajo su brazo.
Un par de días más tarde, hablando con mi madre por teléfono, oí hablar por primera vez de los niños ìndigo. Este fué su segundo nombre, aunque hay que decir que el juez de paz del ayuntamiento que le registró arqueó las cejas. Su nombre es Pau Indigo y yo aseguré que es el nuevo niño de nuestros tiempos.
Sea cual sea el nombre que escojas para tu bebé, la decisión es tuya. Puede llevar el nombre de un ser querido que ya no está, y cuya memoria y cualidades decidas recordar a través de su nombre. O quizás te agrade el sonido de algo diferente para tus oídos, y descubras que el significado es especial para ti. Una vez que hayas encontrado un nombre, disfrútalo, y con un poco de suerte tu hijo te lo agradecerá. Aunque mi nombre no haya sido nunca moderno, sino bastante anticuado, siempre estaré agradecida a mis padres por haberlo elegido. ¡Todavía estoy por conocer otra Glynis Catrin German en algún lugar del planeta!