Mi buena amiga y compañera Vicki McLeod, una mujer de gran talento en muchos ámbitos, sobre todo en el de palabras e imágenes, me ha tenido en dos de los momentos más determinantes de su vida. En primer lugar, en su boda, mucho antes de que yo supiera que existían los celebrantes, ¡y luego en el nacimiento de su hija!
En el primer evento, su boda por lo civil, Vicki quería que yo tradujera para sus invitados, los cuales habían venido desde el Reino Unido para disfrutar de la boda en el suroeste de la isla. Recuerdo que ese día llevaba un precioso traje-pantalón de lino rojo que, junto con mi hermoso cabello castaño natural, mi gloria suprema en esos tiempos, ¡hizo que algunos de sus invitados me confundieron con la registradora!
La segunda ocasión se dió porque iba a tener el parto en casa con el mismo matrón que me asistió cuando di a luz a mis hijos y, por supuesto, ¡a mi me tocaba salvar las distancias lingüísticas!
¡La gran sorpresa fue que, como agradecimiento por mi ayuda en el parto, Vicki y su esposo Oli me regalaron un curso de doula con el obstetra francés, el Dr. Michel Odent, impulsor del movimiento global de doulas!
Al final realicé el curso de capacitación en un momento de gran agitación en mi vida, durante mi separación del padre de nuestros hijos. Me fui al Reino Unido unos meses después de habernos separado y me sumergí en el curso. Disfruté de conocer a este gran e inspirador hombre detrás de un movimiento que apoya a las madres parturientas y sus familias. Mis prácticas no llegaron más allá de mi primer y último y no tan exitoso acompañamiento de una familia. ¡Afortunadamente esa familia ahora tiene dos hijos maravillosos! Sin embargo, creo que el entrenamiento de doula me vendrá muy bien para el cuidado espiritual en la etapa final de la vida, que es lo que realmente me llama.
Asi que, aunque quizás en ese momento no parezca lo adecuado, a veces la vida te da lo inesperado; al final he acabado siendo celebrante, no solo de bodas sino para todos los rituales de la vida. También soy facilitadora de un Death Café, otro gran movimiento global, ¡pero sobre eso hablaremos más adelante!